El gran Dmitry

Dmitry Piterman ha sido expulsado definitivamente del Racing de Santander. Una lástima. Éste empresario ucraniano-estadounidense, saltador de longitud y visionario deja de tener participación en el Consejo de Administración del equipo cántabro. Como nos sentimos fuertemente apenados por la noticia no nos queda más remedio que rendirle un sincero homenaje a modo de retrospectiva.

Su primera época en el futbol español comienza en el Palamós Club de Fútbol y en la que ya empezó a imponer sus revolucionarios métodos que van desde organizar rifas hasta proponer conciertos con bandas típicas de las verbenas veraniegas de los pueblos en el estadio. Dos temporadas después vende su participación en el conjunto catalán no sin antes ser acusado de haber arruinado sus arcas, lo cual nos parece una calumnia ya que tenemos la creencia moral de que fue la en aquel entonces alcaldesa del pueblo (y que desconozco si lo sigue siendo) la que sin duda se aprovechó del club para sus intereses.

La rápida ascensión al olimpo futbolístico de nuestro país ocurre cuando Don Dmitry adquiere el 25% de la S.A.D. cántabra. Con los pensamientos puestos en llevar al equipo a disputar la UEFA Champions League prepara un plan de actuación basado en la reconcepción de los conceptos que ya desarrollase en su anterior etapa al frente de un club de fútbol. Sus grandes apuestas para mejorar la economía del club fueron los conciertos de estrellas de la música con los que pretendía llenar el campo del Sardinero pero a los cuales se negó en rotundo un Ayuntamiento corto de miras frente a las grandes apuestas del presidente. En lo deportivo destacan las incorporaciones de estrellas de equipos filiales como Edu Aguilar, Epitié o Collantes los cuales lamentablemente no tuvieron demasiadas oportunidades.
La historia de Piterman en Santander acabó de una forma muy cruel con el genio ucraniano. El anterior propietario de su participación, Santiago Díaz, un empresario de la construcción, gracias a alguna jugarreta técnico-judicial recuperó el control del club.

Ahora ya no podemos disfrutar de esas maravillas de la gestión futbolística que el genio ucraniano nos proponía. Que lo disfruten en Vitoria, si es que le queda mucho allí.